patagonia 04/06/2021

Río Paraná: encontraron muy pocos ejemplares de peces jóvenes

 

Envejecimiento en el Paraná: Investigadores de la Universidad Nacional del Nordeste expresaron su preocupación por la situación ictícola del Paraná, que se ha visto afectada por el bajo nivel del río. En los últimos censos que se realizaron entre la represa Yacyretá y la unión de los ríos Paraná y Paraguay encontraron muy pocos ejemplares de peces jóvenes.


Los peces del Paraná necesitan estímulos para poder reproducirse. En primer lugar, su metabolismo se acelera cuando aumentan las horas de luz solar, alrededor del mes de agosto. Con la llegada de los meses cálidos del año y la suba de la temperatura del agua, se genera un cambio hormonal que activa la función reproductiva. Cuando sube el nivel del río, la creciente permite que el cauce principal del Paraná se conecte con el valle aluvial o llanura de inundación, que es el lugar donde las larvas tienen más posibilidad de crecer gracias a la poca cantidad de depredadores y la abundancia de alimento.

Pero, cuando la suba del río no es suficiente, las larvas circulan por el cauce principal del río aguas abajo y se complica su supervivencia. En los últimos tres años, no se ha producido esta crecida del nivel del Paraná y eso generó una importante baja en la cantidad de peces juveniles.

Juan Pablo Roux, director del Instituto de Ictiología del Nordeste, le dijo a TSS: “El ciclo más importante en la reproducción de los peces se dio con una creciente extraordinaria que comenzó en en agosto del 2009 y concluyó en abril de 2010. Eso lo podemos observar a través del análisis del otolito de los peces, que es una estructura ósea que está localizada dentro de la caja craneana y nos permite analizar su edad. La mayoría de los peces que venimos capturando en 2019, 2020 y 2021 nacieron en el período de 2009, fruto de esa creciente extraordinaria. Hay menos peces jóvenes, que corresponden a una creciente más pequeña, de 2014 y 2016. Y el reclutamiento de los peces que tendrían que tener uno o dos años de vida es muy bajo. Normalmente, cuando uno investiga la situación de los peces en el río, siempre se encuentra con una gran cantidad de juveniles y, a medida que van creciendo en edad, se encuentra con menos cantidad. Acá se está dando a la inversa”.



Este grupo de investigación toma muestras desde 1996 de las 266 especies de peces que han registrado, durante las últimas semanas de cada mes, en la región que va desde la confluencia de los ríos Paraná y Paraguay hasta la represa Yacyretá. Se trata de una represa de llanura, con un reservorio de poca profundidad que no permite acumular mucha agua para liberarla en tiempos de sequía, sino que permite un flujo casi permanente del río, a diferencia de otras represas aguas arriba como Itaipú, en la frontera entre Brasil y Paraguay. Yacyretá tiene cuatro elevadores para peces que les permiten el paso aguas arriba y aguas debajo de la central hidroeléctrica.

Según los investigadores, la causa principal de las bajantes del río Paraná está vinculada con la disminución de las precipitaciones a todo lo largo de la cuenca, pero especialmente en el sur de Brasil, debido al proceso de cambio climático. Al día de hoy, el río a la altura del puerto de Corrientes no supera el nivel de un metro sobre las bajantes históricas, cuando su nivel óptimo es de cinco metros.

En esta época, los peces deben preparase para ralentizar su metabolismo para atravesar los meses de invierno, en los que tienen menos actividad. “El sábalo, que es la especie que mayor biomasa tiene en el río Paraná, y es un animal que consume la cadena alimentaria más elemental,  por lo que es un buen exponente de si el ambiente está aportando energía al sistema. Lo que observamos en el sábalo es su factor de condición, que es la relación entre el largo y peso del animal y es un indicador de la cantidad de grasa que tiene dentro del cuerpo el pez. Podemos observar que, para el mes de mayo, el factor de condición estaba en 1 y, si lo comparamos con años normales de un mayo con buena altura del río, el factor de condición estaba en 3. Ahí nos está marcando que los peces se están preparando para el invierno pero entran en malas condiciones porque no tienen reservas acumuladas”, remarcó el director del instituto que depende de la Facultad de Ciencias Veterinarias de la Universidad Nacional del Nordeste (UNNE).

Se espera que la situación del nivel del río se prolongue por lo menos hasta enero próximo, lo que expone a los peces a una situación de alta vulnerabilidad. En algunos períodos se optó por vedar la pesca para permitir que se recupere la población de peces, aunque no se considera que esto tenga efectos relevantes. “En el año 2009, cuando comenzó la creciente, analizamos la situación de los peces y el 80% se reprodujo entre septiembre y octubre. Las reglamentaciones que estaban vigentes decían que teníamos que vedar la pesca desde el 6 de noviembre hasta el 22 de diciembre de ese año, pero los peces no se reproducen teniendo en cuenta el calendario que usa el hombre sino que lo hacen por las condiciones ambientales favorables. En Corrientes, durante octubre, fue el momento de mayor pesca comercial y deportiva. Los peces, cuando sienten el estímulo y están hormonalmente activados, no dejan de reproducirse por esa actividad”, dijo Roux.

Autor: Matías Alonso
Fuente: TSS








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