Buenas truchas arco iris en el inicio de temporada en el río Limay.
Un río bajo y truchas extremadamente selectivas
En nuestro caso, que elegimos pescar con secas y equipos livianos, fueron varios los factores que hicieron que la pesca se dificulte. Las temperaturas extremadamente altas, la eclosión de insectos que ocurría prácticamente al anochecer, junto a la falta de agua que modificó algunas estructuras que conocíamos y solíamos pescar anteriormente con el río en otras condiciones. Esto además de una notable presencia de pescadores y balsas que pasaban flotando, posiblemente colaboraron con el aumento de la desconfianza de las truchas que se mostraban inusualmente esquivas para picar en la superficie.
Equipos y moscas que más rindieron
Los equipos estaban compuestos por cañas #4 #5 y #6, líderes de entre 9 a 12 pies, de 5X y 6X. Las moscas secas más usadas fueron las Elk Hair Caddis #16 a #20, que fueron la clave en las primeras horas del día y a la tarde cuando el aire se atestaba de caddis .
La precisión en el casteo fue determinante: cualquier deriva forzada o caída brusca era suficiente para que las arcoíris se desentendieran de la mosca.
cañas #4 #5 y #6, líderes de entre 9 a 12 pies, de 5X y 6X
Las secas que mas rindieron fueron las Elk Hair Caddis #16 a #20
Con el fuerte calor del mediodía haciendo que el termómetro alcance los 35°, la pesca en superficie se desplomaba. En esos momentos, nos posicionábamos en las correderas y atamos a nuestros líderes algunas ninfas como las prince o las pupas de caddi #14 a #18 respectivamente, con las que tuvimos buenos resultados.
Tres días sin viento: una rareza patagónica
La ausencia de viento —algo poco común en el Limay— nos permitió trabajar moscas pequeñas, lideres largos y realizar derivas largas sin interferencias.
Esto hizo de cada jornada, un verdadero desafío técnico: lectura del río, aproximación silenciosa y moscas que debían flotar con naturalidad absoluta.
Las arcoíris se mostraron muy fuertes para esta época del año, y aunque no vimos grandes marrones migratorias, sí capturamos truchas muy bien alimentadas y en excelente condición física.
Un inicio de temporada distinto, pero muy prometedor
A pesar del bajo caudal, el Limay demostró que sigue siendo un río único: desafiante, exigente y lleno de oportunidades para quienes buscan pesca técnica de truchas en escenarios de aguas claras.
Con cada devolución, remarcamos la importancia de seguir cuidando este ambiente patagónico tan frágil como vital para muchas comunidades que se nutren del turismo vinculado a la pesca deportiva.
Agradecimientos
Queremos agradecer a “Alumié Tienda de Pesca y Outdoors” por las moscas y el equipamiento, que nos permitió disfrutar de una nueva experiencia de pesca en la Patagonia Argentina.
Por Ezequiel Fusero
Pescadores: Gastón Ferrero, Juan Pablo Bono y Ezequiel Fusero
Fotografía: Ezequiel Fusero, Juan Pablo Bono.
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