patagonia 24/05/2023

«¡Dejanos una, papá!»: pescó otra gran trucha en el Limay y cuando la devolvió «salió como misil»

 

A Matías Fernández Carro, medio en broma y medio en serio, los amigos le piden que les deje alguna trucha a ellos. El sábado pasado, apenas empezó a tirar, picó esta gran trucha marrón en Arroyito, en el Limay Inferior, a unos 60 km de Neuquén capital.  No te pierdas el video de la devolución.


El sábado pintaba lindo en el Limay Inferior en Arroyito, a la altura del Puesto Rivas, a unos 60 kilómetros de la ciudad de Neuquén, en este tramo del río que corre entre las provincias de Río Negro y Neuquén al norte de la Patagonia donde el reglamento permite pescar hasta el 30 de junio.

Era la mañana y hacía frío pese al solcito después de varios días de calor otoñal. La baja temperatura le hizo pensar al instructor de pesca con mosca Matías Fernández Carro que las truchas iban a estar más activas. Se lo comentó a sus amigos, iban repartidos en tres botes aguas arriba. «Ojalá», le respondieron.

Sabía de qué hablaba: en las últimas semanas había pescado mejor en cantidad en zonas cercanas a la capital provincial, incluido el Paseo de la Costa, que en otras áreas con mayor convocatoria. Le faltaba, en ese lugar, en este temporada, un pequeño gran detalle: la calidad. Y eso estaba a punto de cambiar.

"De atrás la trucha marrón parecía un salmón chinook"
Mientras avanzaban, cuando detectaban un lugar interesante paraban y probaban suerte de vadeo cerca de la orilla. Fue entonces cuando la vio, unos metros adelante: una gran trucha marrón que se alimentaba voraz en la corredera.

-Primero, como la vi de atrás, por la cola y el color marrón oscuro pensé que era un salmón chinook de esos que en los últimos años aparecieron remontando el río Negro y entran a la cuenca del Limay. Pero no, era una trucha marrón en aguas bajas, una muy buena trucha marrón.

Caña, línea y mosca: el equipo que utilizó
Apenas empezaba la jornada de pesca cuando se le presentó esa gran oportunidad. No tenía tiempo para resetear el equipo: caña n° 7 para poder aguantar la trucha si picaba una poderosa, línea de hundimiento con alcance de entre 8 y 30 metros para poder llegar entre la maleza y los arbustos si fuera necesario, un leader de 2.70 metros para que la mosca tenga movilidad y parezca más natural su presencia, una terminación de 0,28. La mosca: una imitación de alevino de perca.

-Me acerque despacio, me separé un poco para que le pasara cerca de la boca y la fue a atacar, era una mosca suculenta. Como no podía reconfigurar el equipo, dije ‘con lo que tengo vamos a ver si la levantamos’. Venía comiendo bien lo que bajaba por la corredera. Y picó -relata Matías.

Cuando vieron el porte, los amigos reaccionaron como suele ocurrir en los grupos de pescadores en esas situaciones, sobre todo si el que saca la más grosa suele ser el mismo. De los insultos cariñosos a la admiración, de las felicitaciones al «dejanos una, papá».

-Calculo que pesaba más de tres kilos por el porte. Y el color oscuro tiene que ver con lo avanzado de la temporada -dice Matías. Cuando la devolvió, la trucha se quedó un par de segundos quieta y cuanto la tocó el lomo salió disparada. «Como un misil«, recuerda.



-Es una muy buena trucha para esta zona. Creo que tiene que ver el trabajo de resiembra de la Mesa de Pesca Alto Valle Este de Villa Regina. Son los únicos que hacen estudios ambientales. Las truchas remontan el río Negro y llegan a la cuenca del Limay.

Después de la devolución, siguieron los chistes y una cervecita. Pararon en otras correderas y salieron otras buenas truchas, pero ninguna como la primera. «Apenas llegamos nos embocó este», decían los amigos, mientras se cerraban la campera por el frío. «Sarna con gusto no pica», dice Matías y se despide hasta la próxima aventura.

fuente: rionegro.com.ar



Especies mencionadas en esta noticia


Pesca de Trucha marrón Trucha marrón (Salmo trutta)








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