Pablo Cantador, de la organización ambientalista El Paraná No se Toca, explicó que “miles de peces muertos flotan por estas horas en lagunas internas del humedal y la población de tortugas acuáticas prácticamente ha desparecido por la bajante del rio, sequía, ola de calor y extremas temperaturas” y agregó que el panorama que se observa en el humedal, frente a Rosario “es idéntico” a lo que sucede en Laguna Paiva, donde el espejo de agua desapareció; y en la laguna Garay, en la localidad de Santo Tomé, que también se está secando. En esta última, por ejemplo, ambientalistas de la zona rescataron en los últimos días a cientos de tortugas acuáticas que habían quedado enterradas en el barro.
La sequía, el calor y la bajante del río Paraná aumentaron la mortandad de peces y tortugas de agua. Según investigaciones y seguimientos realizados por Pablo y su grupo, el desastre natural comenzó a finales del 2019, hacía el 2020 se incrementó la sequía y para marzo del 2021 el panorama ya era catastrófico. Esto provocó cambios en la vida ambiental, económica, productiva y social de ciudades que están a la vera del agua. El escenario continuara complicado por la bajante del río y las altas temperaturas.
Esta bajante afectó la fauna ictícola al dejar seco el valle de inundación (donde los peces se refugian, alimentan, reproducen y crecen); produjo inconvenientes en el riego de cultivos y complicó las producciones industriales que necesitan captar agua. También acrecentó los problemas de incendios en las islas y los de contaminación del agua, ya que se redujo la capacidad del río de dilución de los afluentes crudos o industriales.
Para Pablo es una situación preocupante pese a que la fauna está acostumbrada a los ciclos del río, bajante y crecientes, pero de meses, no de 3 años. Se perdieron ejemplares de yacaré, nutrias, peces y tortugas. La naturaleza hizo lo suyo, pero las personas se encargaron de arruinarla aún más, no respetando las vedas y realizando pesca indiscriminada. Las autoridades por su parte hicieron la vista gorda, la veda solo está en papeles y en las noticias, no hay controles, nadie controla y la gente depreda, provocando consecuencias catastróficas. No hay controles, prefectura controla la seguridad no los pescadores… ¿Quién controla el río? cerró preguntando el Fotógrafo de naturaleza.
Fuente:
http://radioamanecer.com.ar