Es ahora: pescamos los gigantes del Alto Paraná.
Pescamos en la modalidad baitcast, carnada y trolling con excelentes resultados.
Sábado 15 de noviembre 2025 | 15:00 Hs.
El Alto Paraná representa un ícono mundial de la pesca deportiva. Es el lugar en donde los pescadores buscan cumplir el sueño de su vida de "pelear” con un surubí, un dorado, un manguruyú o un pacú monstruoso.
Sujeto a mucha presión de pesca comercial, contaminación y fluctuaciones en su caudal, el río Paraná fue perdiendo el brillo de un pasado no muy lejano en cuanto a la posibilidad certera de pescar un pez gigante. No obstante, el simple hecho de una crecida sostenida de su caudal hace que las bestias resurjan de las profundidades.

Invitados por Francisco Teitelman, propietario de Pousadas Puerto Paraíso en Itá Ibaté, Empedrado y Esquina, nos dirigimos al norte correntino para probar suerte.
Itá Ibaté nos recibió con el río Paraná con buen caudal pero, fundamentalmente, con una altura estable.Después de un excelente desayuno buffet, nos esperaban las embarcaciones en la costa para iniciar la jornada de pesca.

Armamos nuestros equipos y, con Lorenzo, nuestro guía, decidimos que empezaríamos a pescar en la modalidad trolling, río arriba en la zona de Punta Gallino. Cañas de 15-30 lb y multifilamento de no más de 0,22 mm, para que nuestros señuelos de tipo banana larga de profundidad bajen bien y toquen las piedras, comenzamos a hacer pasadas.
Cañas de 15-30 lb y multifilamento de no más de 0,22 mm
No se cumplía la hora desde que empezamos a pescar y una de las cañas se dobló y la chicharra del reel rompió el silencio. Luego de una buena pelea, el gigante comenzaba a cansarse y pudimos subir a la superficie un gran ejemplar de surubí pintado.
Entre emociones y fotos, nos preparamos para devolver al agua a ese gran luchador.

La segunda jornada sería dedicada a la pesca con carnada, y preparamos nuestros equipos con multifilamentos de 0,40 mm para hacer una pesca un poco más pesada. Anclados en los pozos, “Pichi”, nuestro guía, nos indicaba cómo armar nuestras líneas. Con anzuelos 12/0 de pata corta y plomadas de más de 300 g para poder tocar el piso en las correntadas, dejamos que nuestras miñocas y anguilas se hundieran.

La pesca de grandes bagres suele ser entretenida, ya que en la espera otras especies juguetean con la carnada y podemos tener capturas muy variadas. Luego de que picaran moncholos blancos, armados gigantes y hasta un tape, bagre sapo o manguruyú de las piedras, apareció la especie que estábamos buscando. Y así Sergio subía a la embarcación un hermoso manguruyú.

Luego de la devolución y después de haber cambiado de lugar de pesca en algunos metros, recibimos un fuerte pique. La pelea comenzó y sería muy intensa. Los ejemplares grandes de manguruyú no suelen hacer grandes corridas, pero luego de morder el anzuelo intentan refugiarse entre las piedras del fondo rocoso, y sacarlos de ahí puede ser una cosa seria.

Luego de una larga pelea, la bestia empezó a ceder y empecé a recuperar línea. Entregado, el "rey de las profundidades" se "despegó" del fondo del río y así emergió de entre las piedras un hermoso manguruyú de 105 cm.




El río en la zona de Itá Ibaté tiene la particularidad de tener estructuras que permiten todo tipo de pesca: trolling, pesca con carnada y hasta fly fishing, que se pueden practicar con excelentes resultados dependiendo de la época del año y del estado del río.
En este caso, nos encontrábamos haciendo baitcast en una zona de palos río arriba, cerca de la Isla Bolita.
Baitcast: caña de 12-20 lb, multifilamento de 0,30 mm.
Después de un ingá sumergido, Sergio lanzó un señuelito tipo banana de 9 cm y paleta n.° 2, de color zanahoria, al “agua muerta”, a la salida de una corredera. Luego de recoger unos metros, la punta de la caña se dobló bajo la presión de un pique feroz. El tigre del río había atacado, quedando preso de su ferocidad.

Un verdadero “trofeo” para los amantes de la pesca deportiva: la captura de un dorado de 92 cm en la modalidad baitcast es, sin dudas, uno de los mejores momentos para todo pescador deportivo. Y, como todas las capturas que logramos, luego de algunas fotos fue devuelto al agua.

El Alto Paraná nos estaba deleitando con su abundancia de peces de gran tamaño, pero parecía que no era todo. Para cerrar el viaje, y luego de perder el pique de un doradazo que cortó la línea entre las piedras, otra vez las chicharras de los reeles sonaban fuerte en la zona de Punta Gallino. En simultáneo, las dos cañas se doblaron y Pichi comenzaba a maniobrar para lidiar con un “doblete”. Lamentablemente, la patera de mi señuelo cedió bajo la presión y perdí mi pez, pero Sergio siguió luchando hasta poder subir a la lancha otro hermoso surubí pintado.

Sin dudas, es un gran momento para ir a pescar a Itá Ibaté. No solo por la calidad de los peces capturados, sino por la cantidad y variedad, ya que todas las lanchas que estaban en Puerto Paraíso pudieron pescar grandes ejemplares.

Queremos expresar nuestro profundo agradecimiento a Francisco Teitelman, titular de Pousadas Puerto Paraíso; a Lorenzo y a “Pichi”, nuestros guías, y al personal de servicio que, como es habitual, cuidó cada uno de los detalles, haciendo de nuestra estadía una experiencia excepcional.

Por Ezequiel Fusero
Pescadores: Sergio Revilla y Ezequiel Fusero
Producción general, fotografía y videos: Ezequiel Fusero, Sergio Revilla
Edición de video: Sergio Revilla
Sujeto a mucha presión de pesca comercial, contaminación y fluctuaciones en su caudal, el río Paraná fue perdiendo el brillo de un pasado no muy lejano en cuanto a la posibilidad certera de pescar un pez gigante. No obstante, el simple hecho de una crecida sostenida de su caudal hace que las bestias resurjan de las profundidades.

Invitados por Francisco Teitelman, propietario de Pousadas Puerto Paraíso en Itá Ibaté, Empedrado y Esquina, nos dirigimos al norte correntino para probar suerte.
Itá Ibaté nos recibió con el río Paraná con buen caudal pero, fundamentalmente, con una altura estable.Después de un excelente desayuno buffet, nos esperaban las embarcaciones en la costa para iniciar la jornada de pesca.

Armamos nuestros equipos y, con Lorenzo, nuestro guía, decidimos que empezaríamos a pescar en la modalidad trolling, río arriba en la zona de Punta Gallino. Cañas de 15-30 lb y multifilamento de no más de 0,22 mm, para que nuestros señuelos de tipo banana larga de profundidad bajen bien y toquen las piedras, comenzamos a hacer pasadas.
Cañas de 15-30 lb y multifilamento de no más de 0,22 mm
No se cumplía la hora desde que empezamos a pescar y una de las cañas se dobló y la chicharra del reel rompió el silencio. Luego de una buena pelea, el gigante comenzaba a cansarse y pudimos subir a la superficie un gran ejemplar de surubí pintado.
Entre emociones y fotos, nos preparamos para devolver al agua a ese gran luchador.

La segunda jornada sería dedicada a la pesca con carnada, y preparamos nuestros equipos con multifilamentos de 0,40 mm para hacer una pesca un poco más pesada. Anclados en los pozos, “Pichi”, nuestro guía, nos indicaba cómo armar nuestras líneas. Con anzuelos 12/0 de pata corta y plomadas de más de 300 g para poder tocar el piso en las correntadas, dejamos que nuestras miñocas y anguilas se hundieran.

La pesca de grandes bagres suele ser entretenida, ya que en la espera otras especies juguetean con la carnada y podemos tener capturas muy variadas. Luego de que picaran moncholos blancos, armados gigantes y hasta un tape, bagre sapo o manguruyú de las piedras, apareció la especie que estábamos buscando. Y así Sergio subía a la embarcación un hermoso manguruyú.

Luego de la devolución y después de haber cambiado de lugar de pesca en algunos metros, recibimos un fuerte pique. La pelea comenzó y sería muy intensa. Los ejemplares grandes de manguruyú no suelen hacer grandes corridas, pero luego de morder el anzuelo intentan refugiarse entre las piedras del fondo rocoso, y sacarlos de ahí puede ser una cosa seria.

Luego de una larga pelea, la bestia empezó a ceder y empecé a recuperar línea. Entregado, el "rey de las profundidades" se "despegó" del fondo del río y así emergió de entre las piedras un hermoso manguruyú de 105 cm.




El río en la zona de Itá Ibaté tiene la particularidad de tener estructuras que permiten todo tipo de pesca: trolling, pesca con carnada y hasta fly fishing, que se pueden practicar con excelentes resultados dependiendo de la época del año y del estado del río.
En este caso, nos encontrábamos haciendo baitcast en una zona de palos río arriba, cerca de la Isla Bolita.
Baitcast: caña de 12-20 lb, multifilamento de 0,30 mm.
Después de un ingá sumergido, Sergio lanzó un señuelito tipo banana de 9 cm y paleta n.° 2, de color zanahoria, al “agua muerta”, a la salida de una corredera. Luego de recoger unos metros, la punta de la caña se dobló bajo la presión de un pique feroz. El tigre del río había atacado, quedando preso de su ferocidad.

Un verdadero “trofeo” para los amantes de la pesca deportiva: la captura de un dorado de 92 cm en la modalidad baitcast es, sin dudas, uno de los mejores momentos para todo pescador deportivo. Y, como todas las capturas que logramos, luego de algunas fotos fue devuelto al agua.

El Alto Paraná nos estaba deleitando con su abundancia de peces de gran tamaño, pero parecía que no era todo. Para cerrar el viaje, y luego de perder el pique de un doradazo que cortó la línea entre las piedras, otra vez las chicharras de los reeles sonaban fuerte en la zona de Punta Gallino. En simultáneo, las dos cañas se doblaron y Pichi comenzaba a maniobrar para lidiar con un “doblete”. Lamentablemente, la patera de mi señuelo cedió bajo la presión y perdí mi pez, pero Sergio siguió luchando hasta poder subir a la lancha otro hermoso surubí pintado.

Sin dudas, es un gran momento para ir a pescar a Itá Ibaté. No solo por la calidad de los peces capturados, sino por la cantidad y variedad, ya que todas las lanchas que estaban en Puerto Paraíso pudieron pescar grandes ejemplares.

Queremos expresar nuestro profundo agradecimiento a Francisco Teitelman, titular de Pousadas Puerto Paraíso; a Lorenzo y a “Pichi”, nuestros guías, y al personal de servicio que, como es habitual, cuidó cada uno de los detalles, haciendo de nuestra estadía una experiencia excepcional.

Por Ezequiel Fusero
Pescadores: Sergio Revilla y Ezequiel Fusero
Producción general, fotografía y videos: Ezequiel Fusero, Sergio Revilla
Edición de video: Sergio Revilla
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