Excelente inicio de temporada en las sierras de Córdoba.
Para muchos, las Sierras de Córdoba son reconocidas como uno de los destinos vacacionales más importantes del país. Playas, centros turísticos colmados de gente, grandes festivales, una espectacular vida nocturna, teatros y sus paisajes, entre otros.
Para los mosqueros, Córdoba es un paraíso natural lleno de quebradas, ríos, cascaditas y correderas. Entornos casi vírgenes, de aguas frías y cristalinas habitadas por una especie que les es prácticamente ajena a muchos visitantes de las sierras.
Mayo nos había dejado con ganas de mucho más. Tanto que no quisimos dejar pasar ni un día de la temporada 22-23 sin estar en el río.
Y así fue que otra vez nos acercamos hasta el “San José” que nos esperaba un poco más turbio de lo normal, ya que 3 días antes de nuestra visita y debido a las lluvias, había experimentado una leve crecida.
El pronóstico predecía un finde espectacular. Soleado con temperaturas entre los 9° y los 25°, y vientos de no más de 15 km.
Llenos de ansiedad, llegamos al río junto a Marcelo Boschetto y quien relata, Ezequiel Fusero, y nos dispusimos a armar nuestros equipos, compuestos por cañas # 3 y #4 con líneas de flote Río LT.
Nos acercamos al cauce y como dijimos, nos percatamos de que las aguas tenían una leve turbidez. Sumado a la falta de actividad en la superficie, decidimos que las primeras pruebas sean con infas (jigs con cabezas de tungsteno en anzuelo TMC 403 BL número 16), usando tippets 5x y 6x, para lograr que las moscas profundicen rápidamente. ¡Las respuestas fueron inmediatas!
Después de una decena de lanzamientos supimos que sería una gran pesca. Ya que una tras otra, comenzaron a picar truchas de entre 18 y 25 cm.
Seguíamos río arriba y comenzábamos a ver algunas truchas “subir” y aproximadamente a las 18 hs. la actividad era tal que era imposible no atar alguna seca a nuestros tippets. Era el turno de las mayflies parachute en anzuelos 18 y 20, las que fueron atacadas rápidamente.
Los pozos más grandes se veían extremadamente oscuros, allí volvimos a las ninfas con cabeza de tungsteno y pudimos capturar ejemplares de hasta 35 cm.
Las salidas de las “chooperas” (caídas de agua que generan espuma) fueron los lugares que elegimos para probar con droppers, los que dejábamos derivar hacia la parte más profunda de los pozos. En donde no solo tuvimos respuestas en la mosca de profundidad, sino también en las caddis, las que usadas como indicadoras de piques, se confundía entre las burbujas generadas por la corriente.
El sol iba desapareciendo entre las montañas y nosotros comenzábamos a armar nuestro campamento para pasar la noche pegaditos al río.
El canto de los pájaros nos despertaban. Con un día diáfano, aunque con un poquito de viento, comenzábamos otra vez a caminar sobre el lecho pedregoso. Empezamos por "repasar" los lugares que pescamos la tarde anterior con iguales resultados. ¡Un pique tras otro!
Si bien la última vez que estuvimos pescando esa zona fue en mayo, para el cierre de temporada. Pudimos observar, en esta oportunidad, que el promedio de tamaño de las truchas era bastante mayor que entonces, aunque las piezas se mostraban visiblemente más flacas, seguramente debido a que, en esta época del año, el estado corporal se ve afectado drásticamente por el desove y el crudo y seco invierno cordobés.
Pasado el mediodía y nos adentramos en una zona de aguas rápidas muy accidentadas. A la salida de esta se formaba un pequeño estanque más profundo. Hicimos unos lanzamientos para ver qué pasaba…. Yo vigilaba atentamente la caddis desplazarse por la superficie mientras Marcelo hacía derivar su ninfa. A la salida del pozo, Marce realiza una clava y la respuesta bajo la superficie se convirtió en una llevada estrepitosa.
La batalla comenzaba entre arrimadas y corridas. La emoción se multiplicó cuando vimos emerger de las aguas marrones un hermoso ejemplar de arco iris que superaba los 50 cm.
Si bien como ya dijimos, el estado corporal era el típico de las truchas de inicio de temporada (más bien flacas) su brío y potencia hicieron que la pelea fuese excelente.
Luego de un par de fotos, nos disponíamos a devolverla y casi como un "torpedo" vimos a la trucha perderse en las profundidades.
Además del gran volumen de truchas que alberga el río San José, queremos resaltar la vigorosidad de cada uno de los ejemplares. Lo que hacían de cada captura, una experiencia emocionante. Por lo que pudimos apreciar, intuimos que será una excelente temporada para este tramo del río.
Queremos agradecer profundamente a “Alumié Tienda de Pesca y Outdoors” por brindarnos los elementos necesarios para realizar la pesca y poder disfrutar de un gran momento en las sierras cordobesas.
Por: Ezequiel Fusero
Pescadores Marcelo Boschetto y Ezequiel Fusero
Producción gral, fotografía, video y edición: Ezequiel Fusero
