eventos 10/02/2020

Concurso de pesca: después de 13 años, un novato sacó la corvina negra y ganó

 

Alzogaray pescó una corvina negra, objetivo del concurso, la cual no salía desde 2007.


Llegó desde Neuquén en un Corsa y se vuelve a Mendoza, donde reside, en una pick-up 4x2.

"Al-zo-ga-rayyyy". Después de presentar sus antecedentes, el conductor del evento nombra el apellido de Carlos Alzogaray, de a sílabas, y sostiene por unos segundos la "y" final, como si se tratara de un boxeador.

El campeón sube al podio con la llave de su nueva camioneta, en la mano derecha, y un trofeo, en la izquierda. Eleva los brazos mientras recibe la ovación del público, algo desconcertado. " Nunca pensé que un pescado podía generar tanto revuelo", dice.

Una corvina de 1,62 kilogramos, que pesa la mitad de la que venía puntera y a penas supera el peso mínimo clasificatorio. Pero a diferencia de la que se perfilaba ganadora, es negra. Corvina negra. Es la vedette del concurso, desde hace 13 años no aparecía, y, en tanto pese más de 1,5 kilogramos, destrona a cualquier ejemplar rubia, sin importar su tamaño.

La edición 59º de Las 24 horas de la corvina negra, llevada a cabo el sábado y domingo pasados en las playas bonaerenses de Claromecó, Reta y Orense, convocó a 3733 pescadores, muchos de los cuales, apasionados, no faltan al certamen desde hace más de 40 años.

Pero Alzogaray, salteño de 34 años que reside en Mendoza, es la segunda vez que participa y es muy poco lo que sabe de pesca a mar abierto. Saca su corvina sin siquiera darse cuenta qué especie es ni con qué la había encarnado: "eso medio rosado con cáscara, creo que era langostino", dice.

En la casa de pesca le preparan su caña, nueva, le recomiendan carnada y le enseñan cómo engancharla al anzuelo. Se lo habían explicado el año pasado por primera vez, pero ya no lo recuerda.


Gustavo Salguero, de 41 años, vendió la carnada al ganador y le dio consejos de pesca; trajo a su comercio, para probar en este certamen, langostinos de un criadero de Ecuador. (Fuente: LA NACION).

Sin experiencia
Alzogaray es pescador de río y, según dice, es muy distinto a pescar en el mar, desde la orilla: "El año pasado vinimos con cañas de dos metros y tuvimos que comprar unas más largas acá. Yo no podía tirar lejos por lo flaco, así que esta vez me compré mi caña y practiqué en Mendoza".

Los concursantes llegan de todo el país al "paraíso de la pesca" del partido de Tres Arroyos, para participar del torneo más grande de Sudamérica -y, algunos dicen, del mundo-.

"Intentamos inscribir el torneo en el récord Guiness, porque supera a uno de México que dice ser el más grande a nivel mundial, pero tiene 2000 participantes. Nosotros hemos llegado a superar los 6000 inscriptos", dice Horacio Pesalaccia, vicepresidente del club Cazadores, entidad que organiza el concurso.


Carlos Alzogaray tiene 34 y años y llegó al balneario bonaerense de Claromecó, desde Mendoza, para participar de "Las 24 horas de la corvina negra"; sin experiencia en la pesca a mar abierto, se consagró campeón del concurso (Fuente: LA NACION)

Motivados por la pasión, la competencia y la recompensa -más de 80 premios por $9.000.000, entre los cuales hay siete vehículos cero kilómetro- los concursantes de la zona prueban con anticipación el lugar donde se van a instalar a pescar por 24 horas.

Aquellos que viajan desde lejos, suelen llegar unos días antes o el sábado temprano, para armar sus campamentos en la ubicación elegida, dentro de los 40 kilómetros de playa. Cañas, conservadoras con carnada y con comida, parrillas, discos, reposeras, sombrillas, reparos, gazebos, carpas, frazadas. En las cajas de las camionetas 4x4 no entra nada más.


Este año, el concurso tuvo 3733 inscriptos; según la dirección de Turismo del partido de Tres Arroyos, el 70% se instala directamente en la playa, con sus familias, sin acceder a un alojamiento pago; también llevan su comida preparada (Fuente: LA NACION)

Alzogaray, su hermano -Ismael Calisaya- y sus tres amigos son la excepción. Llegan desde Neuquén a las 14, una hora antes del inicio del concurso, en un Chevrolet Corsa color gris oscuro. Calisaya, que trabaja en la cosecha de peras y manzanas, le presta a su hermano los $100 que le faltaban para poder pagar los $5.600 de inscripción.

Con pasaje regalado
"Yo vivo en Mendoza, soy jardinero y trabajo en la construcción. Un amigo me regaló el pasaje de colectivo para viajar a Neuquén, donde me encontré con los chicos, que viven ahí. Salimos tarde porque tuvimos que arreglar una válvula de gas para el auto; si veníamos a nafta se nos hacía mucha plata", dice Alzogaray.

Al no poder avanzar con el auto en la arena, se instalan muy cerca del centro de Claromecó, en un zona de piedras, frente al faro blanco y negro. Ahí arman su carpa azul. Para alejarse de ese lugar y unirse a la mayoría de los pescadores, se necesita una 4x4 o contratar, por $1500, un transporte que te lleve al punto elegido, opción que está fuera del presupuesto del grupo de amigos.


El segundo y tercer puesto fueron para Gustavo Barrionuevo y Alejandro Ciappina, con dos corvinas rubias de 3,41 y 2,9 kilogramos, respectivamente; los cuatro primeros se llevaron vehículos (Crédito: Gentileza: LU24 Radio Tres Arroyos)

Alzogaray decide dormir en el auto con la calefacción encendida, porque sus dos pantalones de jogging no le alcanzan para hacer frente al frío y en la carpa no encuentra reparo. El viento sur no para de soplar y la sensación térmica está por debajo de los 14ºC, pero el grueso de los pescadores sigue dentro del agua. Dormir es una mala palabra.

"Yo dejo todo, no como ni duermo, me concentro en pescar. Además, mis últimas clasificaciones fueron a la madrugada, así que no pienso parar en las 24 horas", dice Nelson Barrionuevo, pescador oriundo de Cascallares, que tiene 49 años y es palero y camionero. Barrionuevo participa del concurso desde los 14 años, junto con su padre, hoy fallecido, y hermanos. Solo faltó a un certamen.

Gustavo "Paisa" Barrionuevo, hermano de Nelson y también pescador apasionado, lleva la punta del torneo desde las 10.30 del domingo, cuando saca una corvina rubia de 3,41 kilogramos, cerca del balneario Reta, al oeste de Claromecó.


Los hermanos Nelson (izquierda) y Gustavo (derecha) Barrionuevo, oriundos del partido de Tres Arroyos, participan en concursos desde hace 30 años; Gustavo no había logrado clasificar en el podio de "Las 24 horas", pero esta vez salió segundo y se llevó un 0km (Fuente: LA NACION)

Barrionuevo había levantado su campamento a las 2, por falta de pique, y se había trasladado 30 kilómetros, para probar suerte en otro punto pesquero. A pesar de su profesionalismo, el frío también lo lleva a dormirse unas horas de la madrugada, mientras espera que se le seque la ropa dentro de su camioneta.

Si bien su pieza tiene un buen tamaño (para lo que, últimamente, se consigue pescar desde la orilla) y con ella podría ganar el primer puesto, los nervios son inmensos. Aún faltan cuatro horas y media para que la radio y las sirenas den fin al concurso. Aunque pocos, hay piques en varias cañas y otra corvina puede desplazarlo.

En efecto, pasadas las 12, 20 kilómetros al este de Barrionuevo, Alzogaray se acerca a la orilla a recoger la caña caída de su compañero, cuando ve la suya curvada. Piensa que es una broma, que alguno de sus amigos está tirando de la tanza. Recuerda un tutorial que había visto en YouTube y comienza a recoger la línea.


Raúl Guillermo Gómez, comerciante de la ciudad de Buenos Aires, vestido con campera militar, mantuvo la punta por más de 14 horas, con una corvina de 2,8 kg pescada el sábado alrededor de las 20; tras las últimas horas del domingo, fue desplazado al cuarto puesto; era la primera vez que participaba (Fuente: LA NACION)

"No fue difícil, había visto videos en internet, en los que tardaban como nueve minutos en sacar el pescado, pero este salió fácil, ni siquiera tironeaba. Les grité a mis compañeros para que vengan a verlo, pero no sabíamos qué especie era. Tuvieron que llegar los pescadores de al lado para decirnos que era una corvina", cuenta Alzogaray.

Uno de los controles que circula por la playa, encargado de monitorear el torneo y recoger las piezas, asegura que es negra. La carga en un tambor con agua y lleva a la sede del club, donde el ictiólogo la revisa, supervisa el intestino para verificar la carnada usada y confirma la especie. Es negra.


Durante la noche, un equipo de pescadores amigos, oriundos de la zona, comen un asado y descansan, mientras las cañas continúan en los araganes a la espera del pique; uno de ellos, Natalio Dualde, de gorra y buzo negro, ha participado en 45 concursos ininterrumpidos (Fuente: LA NACION)

El novato pescador de mar, en cuestión de horas, corre del primer puesto a Barrionuevo, una leyenda de la pesca. Al instante llegan los medios a rodearlo, la gente se le acerca, le piden fotos. No sabe para dónde mirar. Los autos frenan en doble fila y bajan a felicitarlo.

Alzogaray no es consciente que compite con miles de pescadores aficionados, que participan en todos los concursos de la zona y esperan este evento, el evento del año, para consagrarse campeones.

El resto aún sigue tirando la caña para ver si, antes de las 15, puede sacar alguna pieza y llevarse uno de los 80 premios que se disputan entre corvinas y pesca de variada, por peso. Pero el primer puesto ya está asegurado: la negra es de Alzogaray.

Por: Inés Beato Vassolo
Fuente: LA NACION









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